No te localices

Una perspectiva que puede orientar tu búsqueda

Vicens Castellano

8/4/20242 min read

Tan sencillo como esto, no te localices, es decir, no te asocies a un lugar, un cuerpo o un momento. ¿Qué pasa entonces? Observa esta perspectiva: eres, eso lo sabes, lo notas, lo percibes, y en tu eseidad restas deslocalizado, sin colapsar una ubicación. Te quedas realizando el hecho de que eres, sin más, sin soy esto, o soy lo otro, sin estoy aquí, o estoy allí, simplemente soy, se que soy, soy lo que es. Pero no te localices, no eres un esto o un aquello, no estás en un lugar diferente de otro lugar, eres y reposas en esa eseidad, estás siendo y te expandes en eso, pero no te expandes a un lugar, no te expandes de un sitio a otro, simplemente permites la exploración del hecho de ser.

Descansa en la eseidad, en el hecho de que eres el ser, eres lo que es, todo lo que es eso eres. No esto y aquello, y lo de más allá... no es ese tipo de totalidad, no es la suma de particularidades, no es un agregado. Tú eres lo que es, todo lo que es pero no el sumatorio de lo que es, sino lo que es, eso eres.

¿Y si evitas la localización qué sucede? No la evitas como una meta, como un proceso, como un objetivo. Observas el momento en el que te localizas y lo cazas: ah, te vi, me estoy localizando. Da un paso atrás. Retorna a lo que eres, al hecho de ser, no a lo que eres como una cosa distinta de otra cosa. No eres una cosa. Retorna a lo que eres: el ser. Eres el ser. Descansa ahí. Sumérgete ahí.

Comprende que el ser no es algo en un lugar. No hay un ser que sea en un sitio. No hay sitio alguno en esta perspectiva. Eres el hecho de ser, eres lo que es, el verbo, el proceso. ¿Y si te localizas? Entonces date cuenta de que acabas de colapsar: estoy aquí, en este lugar, en este cuerpo, en este momento... ¿pero es así realmente? Lo es desde determinada perspectiva. Deséchala. Esa perspectiva no nos sirve ahora. ¿Qué pasa cuando no te localizas y reposas ahí? Descúbrelo.

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