¿Quiénes han jugado un papel destacado en este camino?

Queremos poner en valor todos aquellos que nos han acompañado en nuestro camino hacia la comprensión.

5/8/20241 min read

El camino hacia la realización de mi verdadera naturaleza no ha sido lineal, aunque que ahora, al echar la vista atrás parece que los pasos han sido lógicos.

Comenzó a una edad muy temprana. Mi padre leía a Krishnamurti y yo, al verle tan absorto, le preguntaba sobre lo que leía. Él, astutamente, me decía que era un tipo de lectura que yo no iba a comprender, y claro, con ello despertaba mi curiosidad. No comprendía nada pero ahí quedó sembrada una semilla que más tarde estaría en la base de mi camino.

Más adelante las lecturas sobre psicología, antropología y biología fueron empujándome a buscar más y más respuestas. ¿Qué somos realmente? ¿Qué es un ser humano? ¿Quién soy yo? ¿Qué sentido tiene el vivir?

El Yoga también estuvo presente desde el principio. Al comienzo como una práctica física, más adelante como una forma de autocomprensión. Primero Hata, después Ashtanga, más tarde Iyengar, ahora Gñana. Conocí a la madre de mis hijos practicando yoga, así que puedo decir que el yoga modeló mi cuerpo, mi mente y toda mi vida.

La muerte de mi padre me llevó a adentrarme en la meditación Advaita.

El nacimiento de mis hijos y los desafíos de la paternidad me llevaron a seguir profundizando en la práctica meditativa y en la búsqueda de una correcta forma de vivir.

Las lecturas de Nisargadatta fueron un gran trampolín, las de Ken Wilber supusieron otro salto disruptivo.

Las de Rupert Spira, Mooji, Sesha, Balsekar, Lyquorman siguieron con la inercia.

El paradigma del Idealismo Analítico de Bernardo Kastrup me permitió reconciliar mi pensamiento científico y crítico con mi experiencia en silencio.

Consuelo Martín, Mónica Cavallé, Helen Amery, Sara Priestley, John Astin, Nic Higham y María Luisa Cano pusieron las últimas piezas en su lugar.

A todos mi más sentido agradecimiento.